Roxy Music - Flesh & Blood

Hay muchas razones para que Roxy Music estén medio en el limbo. Una de ellas es que tienen más recopilatorios que discos de estudios, otra puede ser que la carrera en solitario de Eno (al que nunca he seguido) haya apantallado a su grupo y la tercera es que están pasados de moda. Con eso no me refiero a que nadie intente imitarlos hoy en día, que hay por ahí muchos grupos indies infames que ni siquiera admiten la copia. Lo que quiero decir es que en determinados círculos no está bien visto escuchar a Ferry, Manzanera y compañía. Algo tendrá que ver en esto el que sea el típico grupo que suena en los bares de paisanos empuñando sus bombay shappire y comentando el fútbol. Pero eso son prejuicios.

Un disco que tiene las cuatro canciones buenas es muy difícil que no sea bueno y este Lp cumple la regla: La versión inicial de Wilson Picket tiene unas guitarras muy chulas y sigue la tradición de versiones de Ferry, que en su carrera se ha atrevido con grandes como Lennon y Dylan. Oh Yeah es mi canción preferida de Roxy Music y mentiría si no admitiese que es una cursilada. La producción de Same old Scene me flipa y suena muy en la onda de esta nefasta nueva ola que nos azota. Y cerrando el cuarteto está Flesh and Blood, rock a la manera de Roxy con una letra lograda.

Otra norma para que un disco esté acertado es que no se puede cerrar el disco en falso: aquí tenemos el clásico Running Wild como último corte. Y por ahí en medio hay una joya como Over you con una melodía muy guapa y un buen solo de guitarra: podría ser versionada con éxito por cualquier grupo de powerpop. Lo peor que yo le puedo encontrar a este álbum es que la voz de Ferry puede llegar a cansar (la verdad es que el tío parece gustarse cuando canta) y que por alguna razón que se me escapa Avalon está mejor considerado por los críticos que Flesh and Blood.