In memoriam

Como bien puntualiza mi colega Miguel, en realidad el día de difuntos es hoy. Así que es un buen momento para pararse a pensar un poco en todos esos músicos ausentes:

• Joey Ramone. Se murió en el peor momento, cuando arrancaba su carrera en solitario que prometía bastante. Aunque me cuesta más de una discusión, sigo pensando que era el único Ramone que tenía talento.
• Carlos Berlanga. Lo más triste no fue su muerte, sino que fue bastante ignorada por los medios. Dudo que la gente de la calle sepa quién es, a pesar de haber compuesto muchas de esos himnos que suenan en los bares.
• Arthur Lee. Otro que no se enteró nadie de que había pasado a mejor vida. Me pregunto cómo es posible que alguien que hizo un disco como el Forever Changes haya sido ignorado por el público, antes y después de su muerte.
• Poch. El abuelo de todos los freaks de este país. Se ponen de moda los ochenta pero nadie se acuerda de él (ni de tantos otros).
• Joe Strummer. Otro que tenía una enfermedad degenerativa (como Poch). Inventó el verdadero mestizaje para que gente como los Jarabe de Palo no entiendieran nada y lo jodieran todo.
  
• Elliot Smith. Éste es uno de esos tipos que están toda la vida haciendo canciones tristes y un día coge y se suicida. No es uno de esos bluffs que se hinchan después de morir jóvenes, el autor de Sweet Adeline ya era muy grande en vida.
  
• Carmen Santonja. Es la muerte que más siento de la lista. Vainica Doble siempre fueron algo irrepetible, cada vez que sacaban un nuevo álbum amenazaban con que era el último. Al final, en el 2000 se murió la pobre Carmen (estaba muy enferma y en el último disco casi no había podido grabar nada) y se acabó todo.