The Pains of being pure at heart

Vuelve todo el mundo. A los que peor les va tienen que pasarse la vida volviendo. Tristes grupos con tres canciones (en plan La unión) que en el fondo siempre están ahí dando pena, pero que hacen como que vuelven. Lo triste en realidad es que hay muchos que nunca vuelven a dar señales de vida. Gente como el bueno de Stephen Pastel al que me imagino arreglando su jardín o ordenando sus vinilos (aunque no tengo ni puta idea de a qué se dedica). Bueno con este párrafo ya tengo cubierto el epígrafe influencias.

El caso es que si dije que haciendo un poco la vista gorda Los campesinos estaban bien, estos están mucho mejor. Con un Wall of Noise bien construido, no como la pastelería que tienen montada los Glasvegas, construyen sus canciones de pop mal arreglado y peor interpretado. Pero glorioso, porque al final da igual que sólo sepas hacer dos trucos si sabes rentabilizarlos.

Divertido y fresco como no lo son muchos grupos de UK de hoy en día, es un acierto seguro para los amantes del Noise Pop en esta primavera adelantada. Si consigue aguantar hasta el verano sin cansarnos será uno de los discos del año.