No quiero soportar esta pesada carga: la discografía de Beachwood Sparks II

Voy a hacer algo que nunca hice antes y es escribir de un disco que perdí. Pues sí, porque en este vaivén que llevo de una lado a otro de este país (de Salamanca a Madrid de ahí a Bilbo y ahora de nuevo en Salamanca) es fácil dejarse las cosas por ahí tiradas. En fin, tendré que volver a conseguirlo aunque solo sea por no tener la caja vacía del Once we were trees en casa que queda muy feo.

Dicho esto, pueden ponerse el disco en su casa y verán que es una maravilla y que no tiene nada que ver con las chorradas del párrafo anterior. De todas formas, aviso para navegantes: éste no es un álbum que entre a la primera escucha. Es difícil porque lleva la distorsión y la deconstrucción que ya existía en el primer álbum un paso más allá.  Es primo del Yankee Hotel Foxtrot. Son como Neil Young y My Bloody Valentine juntos (por cierto, éstos últimos me aburren un poco pero bueno)

Da gusto oír lo bien que está secuenciado, a mi me encantaría comenzar un disco con ese temazo que es Confusion is nothing new (que coros los del final de la canción, madre mía) y cerrarlo con la traca final rockista de Once we were trees. Las letras son bonitas (además de sencillas). Yo lo recomiendo a quien quiera canciones bonitas arregladas de una original.